Durante el seis de junio del 2010, Júpiter luego de doce años, Urano luego de ochenta y cuatro años y la Luna después de 28 días, retornan a Aries.
La particularidad consiste en la conjunción de los dos primeros factores que igualan su longitud al comienzo mismo del Zodíaco.
Los antecedentes sin embargo, no son concluyentes en cuanto a acontecimientos generales; lo que no quita que la situación particular que concierne a cada Carta Natal, implique un súbito traspaso del peso relativo del elemento de agua, hacia el elemento de fuego.
Accesoriamente, el retorno de Saturno (luego del breve anillo de descanso al final de Virgo) sobre Libra, anuncia un aumento en la tensión existente sobre los factores que se encuentren en cada carta en los signos cardinales.
Tal vez este seis de junio sea entonces sólo eso; un inicio. El que no se verificará inmediatamente a nivel general, pero que indudablemente incidirá en el mediano plazo en los destinos particulares de tal manera de componer una realidad distinta.
Si bien, Urano retorna brevemente a Piscis, su primer pasaje por Aries y su "desembarco" definitivo en el 2011, señala ya una circunstancia especialísima de interpretación.